Pierde el miedo a la cuántica. Conoce sus claves con Qcentroid

BStartup
¿Qué se te pasa por la cabeza cada vez que te montas en un avión? ¿Acaso te preguntas cómo un artefacto de tal tamaño y peso puede volar? Seguramente no. Simplemente sabes por experiencia propia y externa que vuela y que te va a llevar a tu destino. Sin embargo, entender cómo funciona un avión y los principios físicos en los que se fundamenta el vuelo es una tarea complejísima. Pues esto mismo que no ocurre en tu cabeza cuando te montas en un avión es lo que no debería ocurrir cuando se trata de innovar en tecnología disruptiva o, al menos, desconocida para ti.
El hombre adopta la innovación por tres vías: por la vía de la curiosidad (no me he montado nunca en el avión, pero quiero experimentar que es lo que se siente), por la vía de la necesidad (no me importa cómo funciona, pero tengo que ir a ese destino y no tengo otra forma viable de ir) o por la vía de la imitación (mucha gente se ha montado antes que yo, por lo que debe ser bueno).
Empezar en el mundo de la disrupción tecnológica, en especial en el mundo de la computación cuántica, puede suponer para muchos un salto de fe al vacío. Los pensamientos generales los podemos resumir en tres grupos: no lo entiendo, no lo puedo abordar y no es para mí. Y es posible que en la mayoría de los casos algo de razón puedan tener. O no.
¿Qué es la computación cuántica? Es una forma de resolver problemas más rápido y más eficiente. No hace falta saber más. Deja a los científicos que, como en el avión, aprendan y mejoren los principios que hacen eso posible. Tú solamente aprovecha los beneficios que te brinda esa tecnología. El avión te lleva y la cuántica te ayuda a mejorar tus procesos.
¿Para qué sirve? Pues sirve para optimizar procesos, sobre todo aquellos que no tienen una solución clara. Sirve para optimizar tu inteligencia artificial y machine learning. Sirve para ayudarte a la simulación de escenarios de todo tipo. Sirve para proteger tus comunicaciones seguras. Sirve, sobre todo, para hacerte ahorrar dinero, conseguir mejores resultados y estar más convencido de que nadie va a husmear en tus datos ni en tus comunicaciones. Sirve para gastar menos, ganar más y estar más tranquilo. Solamente eso debería ser tu salto de fe al vacío que ya no lo es tanto.
¿Y es cara? Bueno, quizá sea el punto más controvertido. Porque la percepción general no se adecúa a la realidad. No. No es cara. No es más cara que lo que estas perdiendo por la ineficiencia de tus procesos. No es más cara que lo que estás gastando en recursos (dinero, luz y agua) en tus modelos de inteligencia artificial. No es más cara que lo que vale la información que deseas proteger. Y, cada día que pasa, es más barata. Los ordenadores cada vez son más grandes, hay mayor competencia y el coste-beneficio para la empresa mejora considerablemente.
Y la pregunta final. ¿Funciona o tengo que esperar? Esperar nunca es una opción. Funciona, sí, pero no quizá al nivel que necesitas. Pero ahora plantéate lo siguiente: ¿cuánto tardas desde que se te ocurre empezar en este mundo hasta que tienes un proceso completamente en producción? La respuesta es sencilla. Mucho. Y, al ritmo que va mejorando la tecnología, puede que si dilatas la entrada, luego tardes demasiado tiempo en conseguir esos resultados que buscas. ¿No es mejor empezar a prepararse y, en cuanto llegue el momento de la madurez tecnológica, poder hacer el cambio en horas o días y aprovechar esa ventaja competitiva?
Así que ha llegado el momento. El momento de dar ese paso a ese vacío que ha dejado de serlo para ti. Bienvenido a tu futuro. Bienvenido a la cuántica.
Antonio Peris
Quantum Innovation Leader Qcentroid
linkedin.com/in/antonioperis
https://qcentroid.xyz/